El artículo original lo podéis leer en Insurgente aquí.
El fiscal le acusa de "menoscabar el prestigio" de la Familia Real por un artículo en el que la calificaba de "despreciable"
El Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional juzgará
mañana al coronel retirado Amadeo Martínez Inglés, que se enfrenta a un
año y tres meses de cárcel por un delito de calumnias e injurias graves a
la Corona al escribir un artículo en el que criticaba al monarca y
calificaba de "despreciable" a la Familia Real.
El escrito provisional de acusación de la fiscal Carmen Monfort
sostiene que la publicación de Martínez Inglés, que apareció el 12 de
diciembre de 2011 en el periódico digital 'Canarias semanal', tenía el
propósito de "menoscabar y dañar el prestigio de la más alta
representación del Estado".
El artículo, que llevaba por título ''¿Por qué te callas ahora?”,
criticaba la actuación del Rey ante las actividades que se le imputan a
su yerno, el duque de Palma, Iñaki Urdangarín, en el marco del 'caso
Nóos'.
EL ARTÍCULO: ¿Por qué te callas ahora?
Recordando la famosísima frase que le dirigiera el monarca español al
Presidente venezolano Hugo Chávez, "¿Por qué no te callas?", el coronel
del ejército español, Martinez Inglés, se la devuelve ahora al monarca
en relación con el affair de presunta estafa multimillonaria
protagonizada por su yerno Iñaki Urdangarin.
Sí, tú, último representante en España de la banda de borrachos,
puteros, idiotas, descerebrados, cabrones, ninfómanas, vagos y maleantes
que a lo largo de los siglos han conformado la foránea estirpe real
borbónica culpable del atraso, la ignorancia, la degradación, la
pobreza, el odio y la miseria generalizada de centenares de generaciones
de españoles; presunto (estamos en un Estado de derecho aunque no lo
parezca) malversador de fondos públicos para pagar francachelas
sexuales; corrupto máximo en un país donde, desgraciadamente, la
corrupción se mama desde la cuna; impune muñidor de una descomunal
fortuna personal que nadie en este país sabe de donde ha salido; vil
autogolpista castrense en aquél recordado 23-F que organizaste in
extremis para salvaguardar tu detestable corona franquista; fratricida
confeso (o presunto asesino) en tu juventud; reo de un delito de alta
traición a la nación española al pactar en 1975 con el Departamento de
Estado norteamericano, ostentando interinamente la Jefatura del Estado
español por enfermedad del dictador Franco, la entrega vergonzante a
Marruecos de la totalidad de la antigua provincia española del Sahara
Occidental (territorio bajo administración española, según la ONU) en
evitación egoísta de una guerra con ese país que hubiera puesto en
peligro tu tambaleante corona; corresponsable, en consecuencia, del
espantoso genocidio posterior (más de tres mil víctimas) cometido por el
rey alauí, Hassan II, para dominar el inmenso territorio abandonado por
España... tú que mandas callar a voz en grito a jefes de Estado
extranjeros.
¿Por qué callas ahora? ¿Por qué no hablas, y cuanto antes, a los
españoles? Primero ¡faltaría más! de las andanzas presuntamente
delictivas (los jueces hablarán próximamente) de tu deportivo yerno, ese
caradura integral que se ha valido de su matrimonio (con el,
seguramente, también delictivo consenso de su gentil esposa) y de la
impunidad casi absoluta de que ha gozado hasta ahora la llamada familia
real española, para apropiarse de millones de euros del erario público.
Con la gentil colaboración de políticos y altos cargos de las
derrochadoras y detestables administraciones públicas de este país
(central y autonómicas).
Y en segundo lugar, supremo líder de la ya amortizada monarquía
franquista del 18 de julio, y ya va siendo hora, háblanos de todas las
irregularidades y presuntos delitos cometidos por tu regia persona,
algunos de los cuales acabo de señalar y que este humilde mortal (o
plebeyo, como quieras) ha denunciado repetidas veces en los últimos años
ante las Cortes Españolas, única institución que puede entender de los
mismos en base a la absoluta impunidad constitucional de la que gozas
gracias a tu amado generalísimo, el tercer dictador más sanguinario de
la historia europea después de Hitler y Stalin. Presuntos delitos de los
que más tarde o más temprano tendrás que responder ante el pueblo
español y que, no te quepa la menor duda, ocuparán algún día páginas y
páginas en la triste historia de este país de la modélica transición y
gaitas parecidas.
Porque, amigo monarca, ya conoces los populares dichos: "A todo cerdo
le llega su San Martín" y "El tiempo coloca a cada uno en su lugar". Y a
ti, y a toda tu familia y parentela más o menos cercana de enchufados,
vagos y maleantes de toda laya, parece ser que está a punto de llegaros
esa suculenta y tradicional onomástica de ancestral raíz gastronómica a
la vez que el justiciero "devenir temporal de la historia" os arrincona
sádicamente contra vuestro propio latrocinio y contra vuestra y
escandalosa corrupción; decidido a bajaros a todos a las negras
profundidades del infierno político y social.
El largo tiempo del vino (Vega Sicilia, naturalmente) y las rosas de
palacios y lujosas residencias veraniegas (más de siete lustros),
gastándoos a espuertas el escaso dinero de los amados y tontorrones
súbditos, toca a su fin. Y todos, absolutamente todos los componentes de
esa tu despreciable familia real, tendréis que comparecer algún día
ante la justicia; unos, como el atlético y descerebrado deportista de
elite que creyó que le había tocado la bonoloto cuando la infantita de
marras le eligió como dulce esposo de su particular cuento de hadas, muy
pronto, porque las pruebas son irrefutables y porque, aunque torpe y
lenta, la bella diosa ciega celtibérica de la balanza de oro, no podrá
esta vez mirar para otro lado y tendrá que castigar como se merece tanto
derroche, tanto latrocinio y tanta vagancia familiar e institucional;
otros, como las infantitas borbónicas casadas o separadas temporalmente
de sus parejas, que se dejan querer cobrando espectaculares sueldos
millonarios de grandes empresas españolas y multinacionales y que, con
tribunales o sin ellos, pronto tendrán que renunciar a tanta bicoca; y
tú, todavía rey franquista de todos los españoles, aún protegido como
estás por la larga mano del dictador y por la nefasta herencia
constitucional de unos cuantos pelotas de intramuros del régimen (padres
de la patria, qué risa) que parieron una Carta Magna a tu medida
haciéndote divino e inviolable... no te confíes demasiado que el horno
no está para bollos y muy pronto pintarán bastos en las calles y
avenidas de muchas ciudades españolas.
¡Deja ya de hacerte el muerto! ¡Deja ya de emplear medios del Estado
(aviones militares y demás) para acudir a grandes premios de Fórmula I o
torneos internacionales de tenis a la par que eludes con total
desvergüenza las escasas y ridículas obligaciones de tu medieval
cargo...y habla! Cuéntanos a los españoles si conocías o no las
presuntamente delictivas andanzas de tu todavía yerno, el Urdanga ése, y
por qué te hiciste el sueco si, como es de cajón, las conocías. Y,
también, nos pones al corriente de a cuanto asciende a día de hoy tu
amañada fortunita, de como se desarrollaron (sin entrar en detalles
morbosos, desde luego) tus pícaras alegrías amatorias con cargo a los
fondos reservados del Estado español, de como transcurrió el tortuoso
día (23-F del 81) en el que salvaste a todos los españoles... y de todas
las demás guarrerías personales y familiares cometidas en tu ya largo
reinado. Así los españoles nos iremos enterando de todo ello sin tener
que acudir a Internet y los jueces y los diputados electos del Partido
Popular del hoy "muy asustado y mudo Rajoy" podrán ir tomando nota. Para
cuando haga falta, naturalmente...
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